sin vida sensible y propia,
decidme: ¿sentís amor
en ese existir de cosa?
Hay un íntimo coloquio
entre mi ser de persona
y vuestra humilde vacante
inmóvil y silenciosa.
Yo sí contengo avariento
(y esa es mi riqueza toda)
tesoro de amores castos
que en mi frialdad me arropan.
Y guardo también recuerdos
que mi pensamiento doran
como bellísimos cuadros
que enmarcaron viejas horas.
Mi camino, sin quererlo,
marcha ha sido presurosa
que sin darme cuenta apenas
está alcanzando su cota.
Siendo tal tropezadero,
si lo miro desde ahora,
¡qué efímera me parece
esta corta trayectoria!
Como vosotras, mis ansias
escanciaron sus aromas
que se llevó un viento ajeno
no sé a dónde ni en qué forma.
Mas seguiré siendo yo
solo y vacío en mis sombras
aunque un día, de improviso,
mi frágil vidrio se rompa.
José te olvidastes de centrar el verso... o lo has dejado así queriendo???
ResponderEliminarEl lunes lo hablamos
Leonor