en tus entrañas el oro,
que sientes el beso cálido
de un viento salado y bronco
que enarena la sonrisa
entreabierta de tus poros;
en tu orilla las espumas,
la luz que ciega su entorno,
en tus hijos la riqueza
de valores silenciosos
en ese hemisferio opuesto
a destellos luminosos.
Y en el pálpito profundo
de tu corazón, el gozo
de seguir siendo tú misma
-nuevas ramas,viejo tronco-
aunque ya cuarenta siglos
lleves velando el reposo
de una Fenicia dormida
en Los Millares.
El poso que en ti ha dejado la historia
apenas se hace notorio
y en cambio aquí en esta esquina,
callada un siglo tras otro,
permanece sola y digna
como una reina en su trono.
Jose , ya soy tu primera seguidora
ResponderEliminarEstoy haciendo lo que puedo para quitarte trabajo
Pues aqui estoy yo también.
ResponderEliminarLeonor me dice que le gustaria pasase a verte y sus deseos son órdenes para mi.
Bello poema el que le dedicas a Almeria.
Un saludo
A mí no me ha tenido que sugerir Leonor que entre en tu blog. Recibiendo este mensaje tuyo me entran deseos de leer tus poesías, pues ya sabemos que en nuestros versos está nuestra forma de ser y la tuya creo que será muy similar a la de Leonor y a la mía.
EliminarRecibe mi saludo y mi afecto.
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